Biden y Trump con Auto Workers; @hugonzalez1 en ContraRéplica

Dice el clásico refrán: éramos muchos y parió la abuela. Así parece que está sucediendo en Estados Unidos con el entorno económico y geopolítico mundial. No era suficiente la pelea de la Reserva Federal de EU contra la inflación y su esfuerzo para no caer en una recesión prolongada; tenía que llegar un problema interno que muy pocos veían venir.

El sindicato de trabajadores de la industria automotriz de EU, la UAW (United Auto Workers) estalló una huelga hace unas semanas. Este paro amenaza en convertirse en el parteaguas de lo que podría ser el futuro del sindicalismo internacional y la industria automotriz global.

Los trabajadores de las tres armadoras más grandes de EU, Ford, GM y Stellantis; las acusan de “codicia corporativa”. Critican que cada uno de los directores generales de estas tres empresas gane más de 20 millones de dólares al año. Por eso la UAW busca aumentos salariales del 40% para igualar los aumentos promedio de los jefazos durante los últimos cuatro años.

El mundo está pendiente de esta huelga pues, así como puede afectar la producción en países como México, también tendría un efecto en el incremento de la invasión de armadoras chinas de autos eléctricos. Si los trabajadores ganan sus demandas, la competitividad de las marcas estadunidenses frente a las chinas estaría en riesgo. El valor de los autos chinos no solo se basa en el desarrollo tecnológico, sino por menores costos de producción y el apoyo estatal.

Por eso, los chinos miran con atención esta película, quieren ver si los fabricantes de autos americanos salen fortalecidos o debilitados. Mientras tanto, los aspirantes presidenciales de EU lucran políticamente con el conflicto. Donald Trump dice que, si no gana, los auto workers estarán fritos y a ellos se sumarían los camioneros. Joe Biden argumenta que los trabajadores luchan por una parte justa del valor que ayudaron a crear. Ambos quieren ser “el héroe de esta película, papá”, en tanto que los trabajadores comienzan a confundir las simpatías.

Los líderes de la UAW han criticado severamente a Biden por apoyar la producción de vehículos eléctricos. Creen que la electrificación amenaza sus empleos en beneficio de fabricantes chinos y japoneses. Sin embargo, también critican a Trump pues lo ven como un político oligarca que defiende a los millonarios de EU en contra de los derechos de los trabajadores. Al mismo tiempo, reconocen que Trump, y no Biden; defiende a su industria contra el poderío chino. Todo un galimatías.

Mientras los gringos intentan no meterse el pie unos a otros, el mundo financiero globalista comienza a hacer fila para repartirse contratos de la reconstrucción de Ucrania. La reunión virtual del presidente Volodímir Zelenski con Michael Bloomberg, Larry Fink y Bill Ackman, indicaría que ven cerca el fin de la guerra, aunque no sea con una victoria. Dinero, poder y geopolítica en su máxima expresión.

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