Pocos Alejandros y muchos Puentes; @hugonzalez0 en ContraRéplica

Decía mi mamá que toda persona bien nacida debe ser agradecida con quien le brinda ayuda, sobre todo; sin pedir nada a cambio. También dice mi jefa que un agradecimiento no te vuelve más o menos sumiso, solo eres un buen ser humano.

Por eso, ahora que la miseria humana está en todos lados, quiero emparejar un poco el marcador y abogar un poco por la mesura, la compasión, y la bondad de la profesión. Aprovecho la ocasión para lanzar un fraterno reproche contra el silencio de todos mis colegas que en su momento vivieron grandes días y noches alrededor de un empresario que, en últimas fechas; fue objeto de escarnio mediático sin oportunidad a la más elemental defensa, aun en su muerte: Alejandro Puente Córdoba.

No puedo decir que fue mi amigo (aunque el decía que sí), sin embargo, el vituperado empresario fue amigo de muchos y enemigo de muchos más. Su estilo, sus modos, su temperamento y tal vez, sus mañas; no gustaban a muchos, pero daba resultados. Recuerdo que cierta tarde, el finado director de un periódico especializado me dijo que Alejandro era un “pinche malandrín”. Tal vez era cierto o tal vez no lo conocía bien, pero en mi muy modesta defensa, le dije que tal vez el entonces presidente de la Canitec jugaba en el límite, pero por eso estaba en las portadas.

Por aquellos días Alejandro comandaba la más épica batalla de los operadores de cable en contra de Telmex. Muchos lo alucinaban y otros le aplaudían, unos más lo desconocían en privado. Todo lo aprendió forjado en la ríspida negociación, los acuerdos, pactos, deals o alianzas. Aprendió a tejer nexos con amigos, colegas, competidores, políticos, empresarios y con quien tuviese necesidad de conquistar. Era un seductor y un gran negociador. Para bien o para mal, Alejandro tendía muchos Puentes.

No por nada fue reconocido en Nueva York por el Congreso de los Estados Unidos como el mejor empresario del año en Latinoamérica en 2015. Fue premiado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones por los logros obtenidos como presidente de la extinta Canitec. También fue promotor y fundador del Canal del Congreso de la Unión así como el Canal Judicial de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros proyectos mediáticos como Efekto TV.

Con esto no pretendo endiosar a un personaje señalado por actos de corrupción, solo quiero decir que en la vida no todo es blanco y negro y Alejandro era la personificación de esa gran escala de grises. Nunca tuve pruebas y seguramente algunas de las acusaciones en su contra tienen sustento, sin embargo; no era el monstruo que muchos veían. Por mi experiencia, Alejandro fue como ese compa broncudo que saca los puños por ti, sin preguntar por qué, sin seguir reglas, sin miedo a donde tope. Tal vez fue mi amigo mal portado pero ese amigo a quien siempre le tendré en buena estima. Buen viaje cabroncito.

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