Mujeres en Pobreza, con Mayor Vulnerabilidad en el Mercado Laboral, Coneval

Mujeres en Pobreza, con Mayor Vulnerabilidad en el Mercado Laboral, Coneval

marzo 7, 2024 Desactivado Por Redacción Tecnoempresa

La división sexual del trabajo es un factor estructural que implica para las mujeres una mayor vulnerabilidad de encontrarse en situación de pobreza, en tanto que restringe oportunidades para su participación en el mercado laboral y en otros espacios públicos.

De acuerdo con un documento de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social , 2016-2022, las jornadas de empleo fueron menores en mujeres que en hombres, mientras que las del trabajo no remunerado en el hogar fueron mayores.

Las mujeres accedieron a empleos remunerados de 36 horas a la semana, mientras que los hombres a empleos de 45 horas.

Por el contrario, la jornada semanal del trabajo del hogar no remunerado fue más extensa en las mujeres, con un promedio de 32 horas, mientras que en los hombres se redujo a menos de la mitad, 14 horas.

“Además de la división sexual del trabajo, se añade la sobrecarga de trabajo para las mujeres, ya que la suma del tiempo destinado tanto al trabajo del hogar no remunerado como al empleo remunerado fue aproximadamente 1.3 veces mayor en las mujeres que en los hombres, en el periodo de 2016 a 2022”, dice el estudio.

La masa total de horas en el trabajo del hogar no remunerado fue en torno a 3 veces mayor en las mujeres que en los hombres para 2022, mientras que la masa total de horas de las mujeres en el empleo remunerado registró alrededor de 60% en comparación con la de los hombres.

Desde la adolescencia se observa la manifestación de la división sexual del trabajo, principalmente en contextos de pobreza donde de 2016 a 2022 se observó que:

Las principales actividades de las adolescentes fueron el estudio (aproximadamente 7 de cada 10)  y  los  quehaceres  domésticos  (aproximadamente  2  de  cada  10),  mientras  que  en  los adolescentes fueron el estudio (6 de cada 10 aproximadamente) y el empleo (3 de cada 10 aproximadamente).

El trabajo del hogar no remunerado se intensificó en contextos de pobreza para ellas (+5 horas) pero no para los hombres, y a su vez el empleo remunerado se redujo el doble (-8 horas) en las mujeres con respecto a los hombres.

Por tanto, la división sexual del trabajo constituye un factor estructural que diferencia cómo las mujeres enfrentan y sobrepasan situaciones de pobreza con respecto de los hombres.

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