Elecciones, entre caciques y chapulines; por @hugonzalez0

Al momento de escribir este texto me entero de que en las redes sociales existe un debate por las tragedia en el cierre de campaña de Movimiento Ciudadano (MC) en Nuevo León. Como ya se está haciendo una (triste) costumbre, la miseria humana brota en esas letrinas digitales.

El debate sobre la reacción (instintiva) del candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez para correr, saltar y salvar su vida en el accidente del templete en San Pedro, Nuevo León; me parece digno de la zona de sanitarios de un festival musical. Cuánta podredumbre, cuanta porquería, cuánta falta de empatía y respeto.

Todo se contagia por las opiniones de politiqueros, grillos, amantes del mame simplista y partidario. Pero me entristece más que mucha gente se deje envolver por esas figuras de la politiquería mexicana que ni siquiera deberían ser dignas de atención. De esos vividores de la política nacional no sorprende pues ya perdieron toda vergüenza. No tienen respeto por las víctimas y su familia, por la gente, por el electorado, por sus partidos y por México.

Son personas cuyo único objetivo es alcanzar el hueso, la dieta, el deal, el moche, el contubernio. ¿Cuáles principios, cuál ideología, cuál compromiso? La meta es “colarse” para alcanzar un puesto y con ello seguir mamando del presupuesto. Son personas que mendigan el voto en campaña y después ni te pelan porque se venden al mejor postor o a quien les ordene su cacique.

Muchos de esos vividores politiqueros se colaron en 2018 y 2021. Algunos se subieron a la ola obradorista y otros tranzaron con su “representación” popular en las elecciones intermedias. Por eso en la alcaldía Cuauhtémoc padecimos tres años a la insufrible señora de las Cuevas y las Cavernas políticas. Experta en el chapulineo multicolor, la señora se coló por los pactos y traiciones que (el aun morenista) Ricardo Monreal tejió con sus amigochos del PRIANRD.

El cacicazgo de Monreal le ha permitido colocar a sus allegados (incluyendo al gris de Alejandro Férnandez Ramírez) en la Alcaldía Cuauhtémoc y ahora busca lo mismo con su hija Catalina. Con mis disculpas para la candidata de Morena, los habitantes y votantes de la Alcaldía Cuauhtémoc tienen el dilema de seguir con los postulados de la 4T a costa de mantener el cacicazgo de Monreal, quien ya es mal visto entre muchos grupos morenistas; o cobrarle la traición al movimiento anulando el voto o votando por otro candidato.

Pero no solo Cuauhtémoc tiene esa disyuntiva pues en Cuajimalpa el cacicazgo es mayor. Tras 12 años al frente de la Alcaldía, 9 ganados a pulso con el voto popular y 3 años de intermedio con su alfil, Miguel Ángel Salazar; el multicolorido Adrián Rubalcava sabe que tiene un puesto seguro.

Aunque Rubalcava solo aparecerá como suplente de la candidatura plurinominal de Manuel Velasco al Senado por parte del Partido Verde, hay quienes apuestan que este “líder dragón” será Senador cuando Velasco y Omar García Harfuch (su súper brother) tomen las riendas de una secretaría de estado con Claudia Sheinbaum.

Por eso los cuajimalpenses también la tienen muy difícil pues si quieren que Rubalcava siga teniendo injerencia en la alcaldía, tendrían que votar por su delfín, el tío Gus, Gustavo Mendoza. Luego entonces, los que aman a Rubalcava tendrían que votar por Morena, algo que les da roña a muchos de los aspiracionistas cuajimalpenses. Bueno, tal vez a algunos no les moleste mucho pues hace 3 y 6 años votaron por el priísta Ruvalcaba que hoy es 4T ista pero que hace 15 años era perredista. Solo le falta abanderar al PAN y casi lo logra.

Por eso, aunque los antimorenistas se llenan de bilis y quieren que se acabe pronto todo lo que suene a 4T, no se dan cuenta de que, así como va, Morena pronto enfermará si sigue tragando chapulines y manteniendo caciques que solo buscan treparse a todo lo que ha construido con mucho trabajo y amor, mi chingonazo presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero el pueblo no es tonto y me encantaría que este 2 de junio al momento de votar les digan a los chapulines y caciques: ¡Toma tu Champotón!

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