Tagers San Ángel: tradición poblana con sabor al Líbano

Tagers San Ángel: tradición poblana con sabor al Líbano

octubre 10, 2025 0 Por Jorge Arturo Castillo

Columna Placeres Restaurantes

El concepto gastronómico de origen poblano llega a la Ciudad de México con una propuesta que combina hospitalidad, pan artesanal y creatividad culinaria en su menú de otoño.

Arturo Rivas


En un entorno gastronómico donde la experiencia pesa tanto como el sabor, la apertura de Tagers San Ángel marca la llegada de un modelo de negocio que equilibra tradición, cercanía y eficiencia operativa. El restaurante poblano —conocido por su panadería artesanal y su cocina honesta— inaugura su primera sucursal en la capital mexicana, en Avenida de la Paz 40, consolidando así un crecimiento orgánico que comenzó hace más de una década en Puebla.

El concepto, creado en 2011, nació como una pequeña cafetería familiar con vocación artesanal. Hoy, con cinco unidades activas (cuatro en Puebla y una en Ciudad de México), la marca ha evolucionado hacia una propuesta integral que combina hospitalidad, calidad constante y un enfoque sensorial que la distingue dentro de un mercado cada vez más competitivo.


El modelo detrás del éxito

La expansión de Tagers no responde a un esquema de franquicia acelerada, sino a un crecimiento controlado, sustentado en su reputación local. Su fórmula parece simple, pero efectiva: cocina casera, servicio amable y pan recién horneado. A ello se suma una identidad visual cálida, con maderas naturales, iluminación tenue y frases que invitan a la calma, todo bajo una narrativa coherente con su ADN artesanal.

El espacio de San Ángel replica el formato que le dio éxito en Puebla: una planta baja dedicada al café y la panadería, y un piso superior enfocado en comidas y cenas con barra de coctelería. El ambiente es relajado, pero cuidado al detalle, pensado tanto para desayunos familiares como para reuniones informales de trabajo.

En la parte baja, el visitante encuentra el alma de Tagers: una vitrina de panadería artesanal donde el aroma a mantequilla y vainilla acompaña cada visita. Ahí destacan piezas que ya son distintivas de la casa: conchas rellenas, chocolatines, strudels y cornettinis con formas divertidas, elaborados diariamente siguiendo recetas familiares.


Un menú con enfoque estacional

El menú de otoño 2025 celebra los ingredientes de temporada y las tradiciones mexicanas asociadas al Día de Muertos. Esta línea temática busca no solo innovar, sino reforzar el sentido de pertenencia cultural del comensal. Entre los platillos más representativos se encuentra la Crema de Estación, elaborada con camote rostizado, cardamomo y jengibre, acompañada de una tosta con jamón serrano y queso de cabra.

El plato insignia de la temporada es la Catrina Smash Burger, una propuesta tan audaz como simbólica: carne de sirloin servida entre pan de muerto azucarado, con tocino y cebolla morada. Es un guiño a la gastronomía festiva mexicana, reinterpretada desde una óptica contemporánea.

Otras opciones, como el Pollo al horno en salsa de hongos al vino blanco o el French Toast de guayaba y pumpkin spice, refuerzan la conexión entre tradición y confort. La línea dulce, elaborada en el obrador propio, incluye pan de muerto clásico, de chocolate o relleno de Nutella, además de la concha de calabaza y el cheesecake de guayaba.


Experiencia y comunidad

Más allá del menú, Tagers apuesta por un concepto que se ajusta al ritmo de vida actual. El restaurante es pet friendly, cuenta con terraza, área infantil con cuidadoras y un espacio donde la música, el servicio y la arquitectura dialogan en armonía. Durante los fines de semana, el brunch se convierte en un punto de encuentro para familias y grupos que buscan una experiencia completa más que una comida rápida.

El establecimiento también ha encontrado en el desayuno corporativo un nicho en crecimiento. Gracias a su ambiente luminoso y conectividad (Wi-Fi, valet parking y menú de servicio rápido), el restaurante atrae a un público ejecutivo que valora tanto la calidad gastronómica como la comodidad. En un mercado que premia la versatilidad, Tagers parece haber encontrado el equilibrio entre lo tradicional y lo funcional.


Hospitalidad y sostenibilidad

El proyecto no solo busca crecer, sino hacerlo con responsabilidad. Sus fundadores han priorizado el uso de ingredientes locales y el mantenimiento de una cadena corta de suministro, lo que garantiza frescura y apoya a productores regionales. La operación en Ciudad de México mantiene la producción artesanal de pan en sitio, reduciendo la dependencia de insumos externos y preservando el control de calidad.

En cuanto a sostenibilidad, el restaurante implementa prácticas simples pero efectivas: reducción de desperdicios, empaques biodegradables y separación de residuos. Estas medidas no son parte de una campaña temporal, sino una filosofía operativa que acompaña el desarrollo de la marca.


Una expansión con propósito

La llegada de Tagers a la capital mexicana coincide con un momento de redefinición en el sector gastronómico. Las tendencias apuntan hacia conceptos híbridos que combinan experiencia, identidad y comunidad, y la marca poblana parece responder a esa nueva lógica.

“Queremos que cada persona que visite Tagers sienta que entra a un lugar donde el tiempo se desacelera”, comenta uno de sus representantes. “No se trata solo de servir comida, sino de generar bienestar.”

Esa visión, que combina cercanía emocional con eficiencia empresarial, podría ser la clave de su permanencia. En un mercado donde muchas marcas apuestan por el impacto visual o la moda pasajera, Tagers se consolida como una propuesta de fondo, más que de forma: una marca que entiende que comer bien sigue siendo uno de los placeres más simples y duraderos.


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