Las clases presenciales no urgen, columna de @Dan_Callejas

La semana pasada se enfrentaron dos líderes de la educación en el país: Alfredo Villar Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares y María de Jesús Zamarripa, Presidenta de la Confederación Nacional de Escuelas.

El primero lanzó la advertencia de que a partir de este 1 de marzo, las escuelas privadas de todos los niveles iban a comenzar con las clases presenciales con una estimación de 4 de cada 10 alumnos que volverían a las aulas sin importar el color del semáforo epidemiológico.

Muy seguro de sí, Villar aseguró que se iban a abrir las escuelas particulares y habría clases presenciales. La amenaza se hizo más preocupante cuando dijo que “no están pidiendo autorización, sino que los apoyen porque están apegados al Estado de Derecho, sin violar la ley” y así poder exigir el cumplimiento de las autoridades.

Bajó el tono y detalló que mejor sería un esquema mixto, con el otro 60 por ciento de alumnos con clases a distancia. Eso sin tener conversaciones con las autoridades para coordinar medidas de apoyo. ¿Cómo cree que iban a reaccionar los padres y otras organizaciones?

Fue el turno de Zamarripa, quien tajamente le respondió que no era de esa idea. “No podemos regresar a clases mientras no haya condiciones de salud, no podemos exponer a las comunidades educativas, los niños son transmisores, tenemos casos”, comentó en una entrevista para El Heraldo de México.

Y… tiene razón. Lo vimos aún cuando celebrábamos el avance a semáforo naranja por primera vez desde que inició el confinamiento. Regresamos a rojo y hoy otra vez a naranja pero con más cuidados. Y nunca se habló de volver a las aulas.

Hoy, por encima de cualquier situación mercantil o comercial, la educación es un derecho humano, y si alguno de ustedes es padre podrá confirmar que se está haciendo un esfuerzo sobrehumano por dar este servicio de calidad.

Y ante las exigencias del presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Particulares, pues habría que ver más a fondo y considerar que muchos de esos colegios padecerían para mejorar la infraestructura. Volver ya no será lo mismo. Ahora los estudiantes adoptaron la tecnología hacia su educación, ya de por sí con el uso de ésta desde que nacieron, quizá.

Ni siquiera si el cuerpo docente está vacunado es como para creer que se puede regresar a clases presenciales. La realidad es que no urgen si pensamos que la salud debe estar por delante de todo.

Desde casa los estudiantes están más seguros y cómodos ante la crisis sanitaria. ¿O no?

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