Registro para vacunas ¿problema de diseño o de confianza? columna de @hugonzalez0

Va un problema dialécto. Si tienes un amigo a quien aprecias mucho y ves que su hij@ está metiéndose en problemas, que está tomando un camino equivocado, ¿Qué haces? ¿Le avisas a tu amigo? ¿Le adviertes? ¿lo quemas, o no te metes porque no es tu hij@?

Es más, qué pasa si a es@ muchach@ le ofreces ayuda y te manda por un tubo ¿Dejas que se tropiece, que se queme solos, que se lo cargue el payaso por pendejo, o insistes en tu ayuda? Eso estoy deliberando en estos momentos.

Nadie puede acusarme de ser un detractor de la 4T y mucho menos de ser un chairo arrepentido. Estoy convencido que el cambio que muchos iniciamos en 2018 verá resultados exitosos en unos cuantos años. Cuando la reacción deje de chingar y le permitan gobernar al Presidente López Obrador veremos el éxito.

Tampoco pueden acusarme de que soy un golpeador que quiere su maíz. Menos. Pero no puedo callar lo que, basado en investigación y libre de fanatismos o aversiones patológicas; pude averiguar sobre las fallas de la multicitada plataforma de registro para recibir la vacuna contra COVID-19 de la Secretaría de Salud. La famosa mivacuna.salud. gob.mx

Como no soy experto (aunque muchos dicen que sí) al principio pensé que se trataba de una estrategia de calibración del tráfico y demanda. Muchas empresas e instituciones que lanzan un nuevo servicio o producto, máxime si es atractivo; calculan un tráfico hacia la página web y van ajustando sus capacidades. Lo hacen comprando más o menos capacidad, subiendo o bajando la cantidad de servidores necesarios, etcétera. No tengo la caradura de muchos colegas para opinar sin antes consultar, por eso; esta primera hipótesis resulto falsa pues mis fuentes me dicen que nunca se hizo ese cálculo.

Luego pensé en una estrategia de prevención de ataques pues como todo mundo sabe, hay gente muy mala que se atrevería a eso o más. Pensé que era una especie de vacuna contra los ataques Denegación de Servicio, o Distributed Denial of Service; DDOS por su sigla en inglés. Seguramente habría muchos malparidos que estarían atacando el servicio para hacer quedar mal al gobierno. Pero no, tampoco fue eso.

Mis fuentes me dicen que el problema no fue un asunto de capacidad, ni de infraestructura de red. Tampoco fue un tema de seguridad. Fue un problema provocado por un mal diseño de la plataforma que se conjugo con un estúpido manejo de crisis y pésima comunicación. Obviamente también está el fuego amigo de quienes solo levantan las manos para decir: no es mi bronca.

Me explican que este trabajo fue encargado a un grupo de inexpertos desarrolladores de software del Infotec. Sí, se trata del mismo centro de tecnología perteneciente al Conacyt que desde hace meses tiene problemas de liquidez y mantenimiento. El mismo centro donde el pasado mes de octubre registró un incendio en uno de sus centros de datos ubicado en Aguascalientes.

Resulta que este grupo de inexpertos desarrolladores del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación, mejor conocido como Infotec; pensaron que sería muy fácil armar una plataforma de ese calibre con recursos que solamente sirven para levantar aplicaciones modestas. Nadie me sabe decir por qué el director general de Tecnologías de la Información de la Secretaría de Salud, César Vélez Andrade, decidió encargarles este trabajo. ¿Será por buena onda? ¿Por obligación? ¿Exceso de confianza? ¿Transa? ¿Desconfianza? ¿Sabotaje? Quien sabe.

Mis fuentes me explican que tal vez en el gobierno federal están excesivamente recelosos con las fábricas de software privados. Me dicen que posiblemente la mala experiencia dejada en sexenios anteriores les hizo pensar que debería hacerlo con recursos propios, es decir; con gente del mismo gobierno. Creo que necesitamos una explicación oficial por parte de la secretaría y de la Oficina de Estrategia Digital de la Presidencia. ¿Rodarán cabezas?

No me parece justo que el apreciado doctor Hugo López Gatell y mi querido Presidente Andrés Manuel López Obrador; tengan que soportar toda la carga de tanto quemón. Además, mis fuentes me explican que este problema se pudo haber resuelto rápidamente, pero la soberbia o la desconfianza; hicieron que los responsables se preocuparan más por la fuga de información y resolver la crisis mediática; en lugar de resolver el problema. Se les ofreció ayuda por varias partes, pero no quisieron aceptarla.

Desde hace meses la situación económica del Infotec pende de un hilo. La falta de recursos para el Infotec no solo es causa de la austeridad republicana; también se debe a la extinción de los fideicomisos y el fin de las licitaciones amañadas en las cuales, la institución asumía todos los riesgos; pero sus “socios” privados se quedaban con las mayores ganancias. Los Fideicomisos funcionaban también como cajas chicas para mover el dinero pactado entre funcionarios y socios privados.

Por muchos años el Infotec fue la cantera de varios profesionales de las TIC´s en México, pero la peste de la corrupción comenzó a pudrirla. Desde hace años o tal vez décadas, el Infotec se convirtió en guarida de coyotes.

Esa es mi veldá y lo que me dice gente que sí sabe, luego entonces; después de saber toda historia y de ver cómo el hijo de tu amigo se lo está cargando el payaso por imprudente, ignorante y soberbio ¿qué haces? ¿Qué se joda por idiota?

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Hugo González: Periodista especializado en Negocios y tecnologías de la información. Columnista en El Universal y en el diario ContraReplica. Ha sido Colaborador de Adriana Pérez Cañedo en NRM comunicaciones y de Eduardo Ruiz-Healy en Radio Formula e integrante de la Barra de Opinión de TV Azteca ADN40. Fue editor de Negocios, columnista y comentarista de TV en Grupo Milenio. También fue columnista y analista en El Heraldo Media Group y en Reaktor del Grupo IMER. Comunicólogo tecnoruco y businnessrocker solidario, de mente fría pero apasionado por la creatividad. Le va al América y le encanta el albur y el doble sentido. Chairo de corazón y respetuoso de todas las opiniones. Amante de México y sus mexicanos chidos.

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