En mi entrega anterior te compartí una pequeña nota y reflexión sobre cómo la Inteligencia Artificial (IA) no solo consume mucha energía sino también cómo puede ayudarnos a administrarla mejor.
La energía, sobre todo la solar, ahora depende también de los datos, los algoritmos y la IA. La mezcla entre la luz y la lógica digital empieza a reconfigurar un sector que durante años se basó más en fierros, cables y técnicos con guantes y casco, que en bytes o aprendizaje automático. Pero como ocurre en casi todos los sectores, la IA llegó para exhibir las ineficiencias que antes se escondían bajo el reflejo de los paneles.
En ese sentido tuve la coincidente oportunidad de platicar con Marcos Ripoll, CEO y cofundador de Solar180, quien pudo darnos una radiografía del sector solar mexicano que dista de ser tan brillante como aparenta.
Según Ripoll, muchos proyectos fotovoltaicos en el país operan por debajo de su capacidad real. La razón es tan humana como técnica pues conllevan errores de instalación, falta de mantenimiento o monitoreos básicos que solo muestran curvas de generación, y no el porqué de las bajas en el rendimiento. Es decir, los sistemas “ven” pero no “piensan”; son “tontos”. Ahí entra la IA.
El experto explica que, al analizar grandes volúmenes de datos y compararlos con patrones de desempeño similares, se pueden detectar ineficiencias o fallas antes de que causen pérdidas significativas. Los paneles solares podrían avisar con semanas de anticipación que algo va mal. Literalmente, los sistemas “aprenden” a identificar el deterioro de los componentes eléctricos, las fluctuaciones en el voltaje o la frecuencia, y hasta los defectos visuales en tableros que un técnico, agotado por el sol, podría pasar por alto.
El mantenimiento predictivo, antes reservado a industrias de alta tecnología, ya se asoma en el sector solar mexicano. Algunos algoritmos son capaces de anticipar fallas eléctricas con hasta 19 semanas de antelación. Eso cambia las reglas del juego.
Sin embargo, el problema energético no se reduce a la eficiencia. Está también la calidad de la energía, un tema que suele ignorarse hasta que un refrigerador doméstico o una línea de producción industrial falla. Ripoll advierte que la calidad eléctrica en México se ha deteriorado, y los usuarios pagan las consecuencias sin saberlo. Por eso, el uso de sistemas de almacenamiento con baterías no solo sirve para guardar energía, sino para estabilizar la red, eliminar ruido eléctrico y amortiguar los picos de demanda.
La buena noticia es que el costo de las baterías ha bajado tanto que los proyectos de almacenamiento energético ya son rentables en un plazo similar al de la instalación solar, es decir, alrededor de dos años. La inversión en almacenamiento empieza a verse como una extensión natural del proyecto fotovoltaico, no como un lujo experimental.
Pero, así como los paneles pueden aprender, también pueden ser hackeados. Ripoll advierte un riesgo de ciberseguridad que muchos prefieren ignorar. Hay más de 400 mil contratos de interconexión de generación distribuida en México (equivalentes a 12 gigawatts) lo que representan igual número de posibles puntos de vulnerabilidad. Un ataque coordinado podría tener efectos catastróficos. No es paranoia. Ya hubo casos de secuestros digitales de parques eólicos.
Ante ese panorama, Solar180 decidió no solo vender soluciones energéticas, sino blindarlas. La empresa desarrolla servicios de consultoría en ciberseguridad y trabaja con aseguradoras para crear seguros cibernéticos especializados en el sector industrial. Marcos Ripoll insiste en que la ciberseguridad debe incluirse desde el diseño de los proyectos, no como un parche posterior. Porque en el mundo digital, los muros se construyen antes del ataque, no después.
Más allá del discurso técnico, la apuesta es cambiar la mentalidad de quienes siguen viendo la energía solar como una colección de paneles y cables. La gestión inteligente de la energía que combina digitalización, análisis de datos y monitoreo avanzado es necesaria y urgente. Mientras algunos siguen hablando de kilowatts, otros ya hablan de algoritmos.
No se trata de moda tecnológica, sino de supervivencia operativa. La red eléctrica del futuro no solo deberá ser más limpia, sino también más lista y segura.
Mas allá del KYC
Siguiendo con la paranoia provocada por la ciberdelincuencia, otro sector que vive constantemente con amenaza es el financiero. El auge del open finance y los créditos digitales, permite que los datos personales circulen como tarjetitas de álbum Panini. Y según la Condusef, el fraude financiero subió más del 80% entre 2023 y 2024. Peor aún, los deepfakes y la suplantación biométrica se duplicaron, confirmando que el enemigo ya no usa pasamontañas, sino algoritmos.
Se estima que 4% de los clientes activos son defraudadores reincidentes, generando pérdidas anuales superiores a 1,300 millones de dólares. Por cada cien usuarios que piden crédito o hacen una transacción, cuatro podrían estar planeando un atraco digital con una selfie adulterada.
Ante este panorama, Unico, la red de prevención de fraude más grande del mundo decidió entrar al mercado mexicano con su plataforma Trust Network. A diferencia de los vetustos sistemas KYC o los burós de crédito que reaccionan cuando el golpe ya está dado, esta tecnología presume detectar fraudes antes de que sucedan. Se trata de un sistema de detección conductual alimentada por una red colaborativa que conecta bancos, fintechs, minoristas y telecomunicaciones.
El sistema de Unico analiza patrones, comportamientos y señales en tiempo real, interceptando hasta 80% de los defraudadores activos que ya causaron estragos en otras empresas. Y todo, aseguran, bajo protocolos de seguridad, anonimato y privacidad.
Así, mientras los bancos siguen peleando con contraseñas y tokens, las mafias digitales ya usan inteligencia artificial para perfeccionar su oficio. La diferencia es que ahora la tecnología también se sube al cuadrilátero, pero del lado de los buenos.
Soberanía tecnológica
México ha invertido durante años en adquirir tecnología de punta, pero pocas veces en desarrollarla o dominarla. Dependemos de muchos sistemas, software o infraestructura extranjera. Por eso resulta inspirador la apuesta por la soberanía tecnológica de empresas como Ofi Store que, bajo la dirección de Alberto Monroy, pasó de ser proveedora de equipos de cómputo a diseñar e implementar ecosistemas tecnológicos de alto nivel. Su modelo de integración, que abarca desde centros de datos hasta sistemas de seguridad y monitoreo, demuestra que el país no solo puede consumir tecnología, sino también generar soluciones completas, seguras y adaptadas a su propio contexto. Ejemplo de ello es el Centro de Datos del Estado de Durango, renovado y modernizado por la firma mexicana, prueba que la innovación nacional puede competir con estándares internacionales.
Eficiencia
En el negocio de la logística, la diferencia entre perder o ganar se mide en segundos y datos. Grupo Adet, que lleva Eduardo Cosijop, enfrentaba un problema clásico de las empresas en expansión: mucho movimiento, poca visibilidad. Con más de 120 vehículos y procesos manuales, la falta de control provocaba pérdidas y riesgos operativos. Pero la historia cambió cuando entró Motive, que en México dirige Omar Camacho, una plataforma tecnológica que integró cámaras con inteligencia artificial, rastreo GPS y herramientas de gestión de flota para convertir la operación en un sistema conectado y previsor. Más de 2 millones de pesos recuperados en mercancía robada, 200 mil pesos ahorrados por eliminar reclamaciones falsas y una reducción del 40% en incidentes riesgosos. Así Grupo Adet pasó de la reacción a la prevención gracias a la analítica en tiempo real y la automatización. Motive no sólo ayudó a cuidar los vehículos, sino también a blindar la reputación y la rentabilidad de la empresa.
Ronda
Hace unos meses te conté de Lumepic, la plataforma uruguaya de fotografía deportiva. Pues resulta que acaba de cerrar una ronda de inversión de 500 mil dólares, financiada por una mezcla de inversionistas ángeles y capitales de riesgo que vieron futuro en las canchas. Con ese dinero, la empresa busca acelerar su crecimiento en México y Estados Unidos, mientras mejora su plataforma para que los fotógrafos no solo capturen momentos, sino también ingresos. Por cierto, recientemente, el fotógrafo Jonathan Dueñas alcanzo 3662 dólares de ventas en un solo álbum de Lumepic y continúa sumando ventas. El objetivo de Lumepic es brindar una herramienta para que todos los fotógrafos puedan monetizar su trabajo de forma más eficiente y automatizada, así ayudándolos a generar muchas más ventas. Cientos de fotógrafos ya están aprovechando esta solución.