Sanar también la mente: una lección desde las enfermedades raras

Sanar también la mente: una lección desde las enfermedades raras

octubre 9, 2025 0 Por Jorge Arturo Castillo

Claves del Futuro

En el Día Mundial de la Salud Mental, especialistas y pacientes recuerdan que el bienestar no solo se mide en parámetros clínicos. Las terapias integrales que abordan cuerpo y mente devuelven esperanza y dignidad a quienes viven con enfermedades raras.

Jorge Arturo Castillo

En el Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora este próximo 10 de octubre, vale la pena detenernos un momento para mirar más allá del diagnóstico clínico. La salud no se limita a lo que un análisis puede medir. Quienes viven con enfermedades raras nos lo recuerdan cada día: detrás de cada tratamiento hay una historia de lucha interior, de emociones contenidas, de resiliencia silenciosa.

Como explica la doctora Juana Inés Navarrete Martínez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, “detrás de cada paciente hay un ejemplo de fortaleza”. La atención integral —esa que equilibra cuerpo y mente— cambia radicalmente la experiencia del paciente. La psicóloga Andreína Solórzano, del Grupo Fabry, lo resume con precisión: “no basta con atender el cuerpo si se ignora la mente”.

Historias como la de Donovan Reyes, paciente con mucopolisacaridosis, lo confirman: “Gracias a mi tratamiento, recuperé la energía, la confianza y las ganas de vivir”. La ciencia puede sanar, sí, pero la empatía transforma. En tiempos donde los sistemas de salud enfrentan retos enormes, recordar que la mente también necesita cuidados es un acto de humanidad. Porque, al final, sanar también es aprender a vivir con esperanza.


Regulación con propósito: una década para transformar la salud en América Latina

Hablando de esperanza, hay otro frente donde también se está curando, aunque de otro modo: el de la regulación sanitaria. Detrás de cada medicamento aprobado, de cada ensayo clínico y de cada tratamiento que llega a los pacientes, hay profesionales que trabajan en silencio para que la confianza y la calidad no se pierdan.

El décimo Encuentro Internacional de Regulación Sanitaria, organizado por Amepres, simboliza justo eso: una década de colaboración entre autoridades, academia e industria para que las reglas sirvan al propósito más importante de todos —el bienestar del paciente. Como bien señala su presidenta, Carmen Margarita Rodríguez Cueva, “la convergencia entre autoridades y sector productivo no es un ideal, es una necesidad”.

Más que un evento, este encuentro es una hoja de ruta para hacer que los procesos sean más ágiles, transparentes y humanos. Desde la digitalización hasta la farmacovigilancia, cada paso cuenta para fortalecer un ecosistema que facilite el acceso a medicamentos seguros e innovadores. En esa dirección, Amepres demuestra que la regulación no es un obstáculo, sino un puente hacia una salud más confiable y equitativa.

Y ya que hablamos de puentes entre ciencia y sociedad, vale decirlo: las inscripciones al encuentro siguen abiertas en: https://amepresmexico.org.mx/producto/10o-encuentro-internacional-de-regulacion-sanitaria-2025/. Porque si algo necesita América Latina es más voces participando en la conversación sobre su propio futuro sanitario.


Eurofarma amplía su horizonte: innovación, empleo y acceso desde Montes Claros

Se me olvidaba decir que, mientras el debate sobre regulación y acceso avanza, la industria farmacéutica latinoamericana también está dando pasos firmes en la práctica, con proyectos que materializan esa visión de salud integral y desarrollo sostenible.

Un ejemplo elocuente es el nuevo complejo industrial de Eurofarma en Montes Claros, Brasil, la planta más grande de la compañía y una de las más modernas del hemisferio sur. No se trata solo de un hito productivo —que lo es— sino de una apuesta por el equilibrio entre crecimiento económico, innovación tecnológica y compromiso social.

Más de dos mil empleos directos, energía 100 % limpia y programas educativos impulsados por el Instituto Eurofarma son parte de un modelo empresarial que entiende que la competitividad no está reñida con la ética ni con el bienestar. Como dijo su vicepresidenta María del Pilar Muñoz, esta inversión “refleja la ambición y la visión de largo plazo para ser cada vez más globales”.

En un continente donde la salud pública y la innovación privada aún buscan sincronía, proyectos como este son recordatorios de que sí es posible crecer con propósito. Desde las aulas mexicanas hasta las plantas brasileñas, la región está escribiendo una nueva historia: la de una industria que produce, regula y sana con una misma intención —poner al paciente en el centro y al futuro en la agenda.


Signos Vitales

  • Resulta curioso —por no decir clínicamente preocupante— que el gobierno exija a las farmacéuticas seguir suministrando medicamentos “por compromiso social”, mientras él mismo se reserva el tratamiento más básico: pagar a tiempo. La narrativa oficial suena a receta incompleta: se pide eficiencia, pero se niega el oxígeno financiero. Y aunque los grandes laboratorios quizá resistan el pulso, hay decenas de empresas medianas que hoy enfrentan una hemorragia de liquidez provocada por la mora gubernamental.
  • Insisto, no se trata solo de cifras en una hoja de cálculo, sino de fábricas que detienen líneas, empleos que se tambalean y cadenas de suministro que pierden ritmo. Pretender que el sector salud funcione sin cumplir los compromisos económicos es como pedirle a un paciente que corra un maratón sin haber desayunado. El discurso de “sigan entregando, luego vemos” no cura; al contrario, agrava el cuadro. Y mientras no haya un diagnóstico honesto y un tratamiento fiscal realista, la salud financiera de la industria seguirá en observación… con pronóstico reservado.

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