La Línea 3 del Metrobús de la Ciudad de México podría reducir su consumo de electricidad mediante estrategias de aceleración, velocidad y frenado aplicadas en la conducción de sus unidades, según un análisis técnico elaborado por Vemo y la Universidad de Notre Dame. El estudio examina el comportamiento operativo de la ruta eléctrica para identificar áreas de mejora sin modificar la flota ni la infraestructura existente.
El documento, titulado Electric Buses: Challenges of Operating an e-Bus in Mexico City – Case Study: Metrobús Line 3, analiza datos de telemetría y simulaciones avanzadas que permiten identificar oportunidades para optimizar el uso de energía en la operación diaria.
El estudio señala que la movilidad eléctrica requiere estrategia, simulación y decisiones basadas en información, con el fin de diseñar trayectos, recargas y patrones de conducción que generen un mejor desempeño energético en los recorridos.
La Línea 3 del Metrobús recorre 20 kilómetros, opera 36 estaciones y transporta alrededor de 200 mil personas usuarias al día mediante 60 autobuses articulados eléctricos. Cada unidad utiliza una batería LFP de 563 kWh con autonomía cercana a 330 kilómetros, recargada durante la noche en el patio Júpiter, donde se instalan 32 cargadores rápidos de 180 kW. Con esta operación se evita la emisión anual de más de 7,000 toneladas de CO₂e en comparación con un sistema equivalente basado en diésel.
Estrategias para mejorar la eficiencia energética
Vemo participa en la operación eléctrica de esta línea mediante telemetría y monitoreo continuo de 10 unidades. Los datos recopilados permiten identificar patrones de consumo energético asociados a la conducción entre una estación y otra, metodología conocida como análisis stop-to-stop.
El documento destaca que una parte significativa del consumo de energía ocurre durante la fase de aceleración. Una vez que el autobús alcanza su velocidad de operación, la energía adicional requerida por la batería disminuye, dado que el vehículo aprovecha su impulso cinético durante el desplazamiento.
El análisis indica que la desaceleración gradual permite recuperar una porción de la energía mediante el frenado regenerativo, el cual convierte la desaceleración en electricidad que regresa a la batería. Aunque el sistema no recupera toda la energía perdida, el estudio estima que su eficiencia oscila entre 30% y 38%, por lo que una conducción anticipada facilita un mejor aprovechamiento del mecanismo.
Aprovechamiento de tramos largos para recuperar energía
El documento identifica que los tramos más extensos entre paradas favorecen un rendimiento energético superior. Estos tramos permiten desaceleraciones más largas y uniformes, lo que incrementa la recuperación de energía a través del frenado regenerativo en cada recorrido.
El análisis indica que la optimización del conjunto formado por aceleración inicial, velocidad constante y frenado permite reducir el consumo energético total de la línea. Esta mejora no requiere cambios tecnológicos en los autobuses ni inversiones adicionales en infraestructura de recarga.
Capacitación en conducción eficiente
El estudio propone incorporar neumáticos ligeros y de baja resistencia al rodamiento para mejorar el rendimiento energético, siempre que se apliquen en conjunto con estrategias operativas centradas en la conducción eficiente.
El documento recomienda capacitar al personal conductor de la Línea 3 del Metrobús en técnicas de conducción ecológica y prácticas operativas enfocadas en el uso eficiente de energía. También plantea implementar herramientas basadas en GPS para definir trayectorias de aceleración, velocidad y frenado que aprovechen de forma óptima los beneficios de la electromovilidad en el transporte público de la ciudad.