El Centro de Biotecnología FEMSA del Tecnológico de Monterrey desarrolló un maíz nutracéutico que podría mejorar la salud pública y que no incluye organismos genéticamente modificados. Este proyecto, dirigido por el Dr. Silverio García-Lara, busca crear alimentos más saludables y resilientes ante el cambio climático.
García-Lara explicó que la crisis alimentaria mundial es multifactorial, agravada por factores climáticos, políticos y económicos. Aunque el maíz es un alimento básico, su valor nutricional es limitado. El equipo se enfocó en mejorar las propiedades nutricionales del maíz, aumentando su contenido de proteínas, ácidos grasos y carbohidratos mediante métodos tradicionales de mejoramiento genético.
El maíz nutracéutico incorpora compuestos antioxidantes, péptidos y ácidos grasos, contribuyendo a la prevención de enfermedades como diabetes y obesidad. García-Lara destacó el potencial del maíz nutracéutico para transformar la alimentación y prevenir enfermedades.
El proceso de mejoramiento genético, que no incluye organismos genéticamente modificados, utiliza técnicas de cruce tradicionales, aprovechando la diversidad de razas criollas en México. Este enfoque garantiza un producto natural y saludable para agricultores y consumidores.
El maíz es originario de México, con 58 razas de maíz criollo cultivadas en el país. El equipo del Tec de Monterrey usó el banco de germoplasma de maíz más grande del mundo para seleccionar características como la resistencia a plagas y enfermedades.
El desarrollo del maíz nutracéutico se logró con la colaboración de instituciones nacionales e internacionales como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Estas alianzas facilitaron el intercambio de conocimientos y tecnologías.
El programa MasAgro, una iniciativa de SAGARPA y el CIMMYT, ha promovido la sustentabilidad en la producción de maíz. El Tec de Monterrey contribuyó al análisis nutracéutico de los materiales, garantizando su idoneidad para agricultores y consumidores.
El cambio climático presenta desafíos para los agricultores. El maíz mejorado es más resiliente, resistente a plagas, enfermedades y condiciones extremas. También combate hongos productores de aflatoxinas, asegurando la inocuidad del alimento.
El proyecto logró desarrollar maíces con un contenido proteico superior al 14%, mejorando el aporte energético del grano. El incremento de compuestos antioxidantes también previene enfermedades crónico-degenerativas, convirtiendo al maíz en un alimento funcional.
Con estas innovaciones, el Tec de Monterrey lidera la investigación en agricultura sostenible y salud pública. García-Lara concluyó que la ciencia es una actividad comunitaria y el Tec está abierto a colaboraciones que compartan su compromiso con la seguridad alimentaria y la salud pública.