Con la Llegada de Donald Trump se Mantiene la Incertidumbre Económica para México, Banamex

Con la Llegada de Donald Trump se Mantiene la Incertidumbre Económica para México, Banamex

enero 20, 2025 Desactivado Por Redacción

Un análisis de Banamex dice que los primeros anuncios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fueron  negativos para México,  porque prevalece  la incertidumbre  en  el  ámbito  de los aranceles.

El discurso inaugural y las primeras órdenes ejecutivas que  se anuncian en los ámbitos de seguridad y migración por parte de Trump  tensarán las relaciones con México, de acuerdo con la Nota especial de la institución financiera,  que agrega que mientras que  prevalece la incertidumbre sobre cómo afectarán a nuestro país sus políticas comerciales proteccionistas.

Varios  de  los principales anuncios de  su  primer  día  de  gobierno, a partir  de   la   adopción  de   decretos  presidenciales, eluden aterrizar acciones específicas en los ámbitos en los que sus propuestas de campaña perfilaron cambios estructurales en  la  relación  de  EU con   el  mundo: aranceles, deportaciones, retiro de posiciones militares en  el mundo.

En lugar  de  concretar algunas de  esas amenazas,  Trump   ha   elegido  abrirse  abanicos   de opciones para actuar legalmente  en  varios   de  esos temas. Con la creación de la Oficina de Tributación del Exterior  (ERS por sus  siglas  en inglés)  se vuelve creíble que  podría articular una   amplia política arancelaria; con  la  designación  como   terroristas de  los  cárteles mexicanos,  se   volvería   legal   el  combate  activo en contra de ellos por parte de las fuerzas armadas norteamericanas; con  la  declaración  de  una Emergencia Nacional en la Frontera Sur se habilita una serie  de  medidas extraordinarias en  la  política migratoria; y lo mismo ocurre con la declaración de una Emergencia Nacional Energética, que  habilitará la autorización expedita de  esquemas de  extracción de petróleo y gas.

Trump regresa montado sobre  una inesperada ola de respaldo  social  reflejado   en  su  triunfo   en  el  voto popular  tanto como  en el del colegio electoral. Dado que  ésta será  la última vez que  Trump  pueda gobernar su   país,   esta  segunda administración  suya   parece enfilarse hacia un período de radicalismo más audaz y vertiginoso que  el de su primer  gobierno. Sin reservas, encumbrado   por    una    amplia   base   social    y   el entusiasmo, al menos aparente, de la élite empresarial.

Tendrá menos líneas de contención tanto fuera como dentro  del partido republicano. En 2017, Trump  formó un gabinete mayoritariamente con los republicanos activos en  Washington en  ese  momento, casi  todos ellos  tenían experiencia  en  posiciones  públicas  y sus trayectorias los colocaban en el contexto de uno de los sistemas   políticos   que    más   contrapesos institucionales  había  generado.

Ahora Trump conoce bien la Casa Blanca, cuenta con mayorías (aunque delgadas) en  ambas cámaras del Congreso, y una alineación favorable en el sistema de tribunales y jueces. Su  gabinete está integrado por personajes con  poca o  nula  trayectoria pública pero que comparten una  visión radicalmente crítica  sobre la forma   en   que   Estados  Unidos  ha   sido   conducido política, económica, cultural y diplomáticamente en los últimos decenios. Adicionalmente, se  ha  rodeado de pesos pesados de la élite empresarial.

Se mantiene la incertidumbre sobre  los aranceles y el comercio para México y para el mundo.  Contrario a lo que  se había señalado hace unas semanas, se anunció que  no se impondrán nuevos aranceles hoy, aunque el presidente adelantó que  se implementarían hacia adelante.

Puede anticiparse que los mismos serán significativos, pues Trump  señaló que  implicarán enormes ingresos fiscales. Se llevará  a cabo una investigación  sobre  las   prácticas  comerciales, incluyendo los déficits comerciales, las prácticas cambiarias desleales, los  productos falsificados y la exención especial que  permite que  los bienes de  bajo valor ingresen a EUA libres de aranceles.

Es positivo en sí   que   los   aranceles  no   aparezcan  como  primera prioridad, aunque la incertidumbre se  mantiene muy elevada. La mejor noticia para México hubiera sido que se impusieran aranceles solo  a China  (como  en 2018). La peor,  que  se impusieran solo a México o a México y Canadá. También habría sido  mala  noticia, especialmente  para  México,   que   se   impusiera  un arancel a todas las importaciones del mundo, dado que México  es  el principal exportador a EUA y por  la gran dependencia de  nuestras exportaciones hacia ese destino.

El  que   Trump   destacara  en   su   discurso inaugural la importancia de expandir la industria automotriz de  EUA, sin  ninguna mención de  la integración que  hay de esa  industria en Norteamérica, preocupa por  lo que  ello pueda significar para exportaciones automotrices mexicanas.

La desaparición de la agenda ‘verde’ es  positiva para México  en el corto  plazo  y negativa en el mediano y largo    plazos.   Trump    declarará    una     Emergencia Energética Nacional, que  implica  desaparecer toda la agenda verde   establecida  durante la  administración Biden. 

Ello es  negativo para la lucha global  contra el cambio climático. Para  las exportaciones mexicanas es positivo en el corto plazo pues elimina la posibilidad de impuestos verdes a las importaciones provenientes de México (dado su bajo contenido de energía renovable), a diferencia de lo que  ocurre con Europa. No obstante, desde una   perspectiva más estratégica, es  negativo pues disminuye los  incentivos para que  nuestro país retome la  agenda verde   abandonada en  el  sexenio anterior. A ello  se  suma la presión de  EUA a  México para que adopte una  agenda proteccionista respecto a China,  limitando así los efectos positivos para México de las contribuciones de China  para impulsar los productos funcionales a la lucha contra el cambio climático.  Por   ejemplo,  se   desalentará  las importaciones en México de autos eléctricos de China, páneles   solares,    etc.     Más    aún,     la    eliminación anunciada del  importante subsidio al consumidor de EUA para la compra de autos eléctricos producidos en Norteamérica, que  beneficiaba la producción de autos eléctricos en México, desalentará su producción, incluyendo proyectos de inversión ya anunciados.

Los cárteles mexicanos serán  designados como terroristas; los impactos pueden ser enormes o poco significativos. Serán un mecanismo de presión para la política  de  seguridad  mexicana. El sistema  financiero

mexicano aparece listo para adaptarse. La designación de  Organización  Extranjera  Terrorista  (FTO  por  sus siglas  en inglés) implica  considerar a los así designados como enemigos en  combate. A diferencia de  la designación de Jefe de una  Organización Extranjera de Narcotráfico (FNK por  sus  siglas  en  inglés),  cuya implicación   acotada   es    negarles   acceso   a   esas personas y sus  redes de  apoyo al sistema financiero norteamericano, esta  otra    designación  como    FTO habilita múltiples acciones. Los dos  ámbitos más importantes son  el financiero y el militar.

Las instituciones financieras vinculadas con  EUA quedan impedidas para otorgar cualquier servicio  o producto a las FTO y, si advirtieran manejar recursos de esas organizaciones, estarán obligadas a embargarlos y reportarlos   a   la   Oficina    de    Control   de    Activos Extranjeros  del   Departamento  del   Tesoro. 

Las  acciones  en  contra   de  migrantes  pondrán   en jaque la frontera  de México  con  EUA. Trump  anunció que  declarará una  Emergencia Nacional en la Frontera Sur,  con  lo  que   se  vuelve  creíble   que   en  un  futuro cercano concrete acciones diversas como el cierre de la frontera, deportaciones masivas, redadas de personas sin  estatus legal  en  EUA, además de  posiblemente amenazar con la imposición de aranceles como medida de  presión. También anunció que  reinstalará el programa ‘Quédate en  México’, que  ya  en  el pasado EUA empleó durante algún  tiempo para  impedir que miles  de  migrantes se  internaran en  ese  país  bajo  la pretensión de  obtener estatus de  asilados.

 Cualquier escenario  derivado de  estas  iniciativas implicará un aumento muy  significativo de  tensión en  la  relación bilateral. La postura del  nuevo presidente norteamericana deja  en claro  que  no atenderá las consideraciones o preferencias del gobierno de México en  estos temas, está  determinado  a  actuar, hasta donde sus  recursos administrativos y organizativos le permitan (o bajo  la presión de los previsibles impactos económicos   negativos  sobre  el  propio   EUA),  para señalizar un endurecimiento crítico  de su política migratoria y desincentivar los flujos de migración ilegal hacia territorio norteamericano. Dado que el fenómeno migratorio  nunca  obedece  sólo   a  la  existencia  de factores de  atracción en  los  países hacia los  que  se dirigen  los  migrantes sino  también a la existencia de factores de expulsión en los países de origen  (pobreza, guerra, violencia, conflictos raciales, etc.), es previsible que   los  flujos   hacia  EUA, incluso  si  pierden  cierto dinamismo,  se  mantengan y  saturen  sobre todo la frontera geográfica e institucionalmente más  débil  de ese  país,  la que  comparte con  México.  En los últimos días,  diversos actores del  nuevo equipo migratorio de Trump  han  reconocido que  muchas de estas acciones resultarían incosteables administrativamente para EUA, por  lo que  parece razonable anticipar que  no  se materializarán los  escenarios más extremos como el que  supone la  deportación de  millones de  personas hacia  México,   pero    el   abanico  de   los   escenarios posibles es amplio y probablemente con  potencial desestabilizador del  orden social   y económico en  la zona  fronteriza mexicana. La condición de asimetría en la   que   México   queda  colocado  a   partir  de   estos anuncios ineludiblemente debilitará sus  posiciones de negociación en otros ámbitos, como el comercial, en el que   la   revisión   del   desempeño  del   T-MEC  se   ha adelantado.

Considerando todo  lo anterior, nuestro escenario central  se mantiene sin cambios, por ahora. Aún no se anuncia la implementación de  aranceles, y seguimos anticipando  que,    para  México,    habría  un   efecto positivo relativo a los aranceles a China,  y el negativo porque  podría   haber  alguna  variante  del proteccionismo dirigido exclusivamente a nuestro país. Nuestro escenario actual considera incertidumbre elevada ante el riesgo  de la imposición de aranceles, lo que   lleva   a   una    expectativa  de   baja   inversión  y crecimiento económico débil. El aumento de la tensión en la relación México-EUA, por los temas de seguridad y migración referidos, contribuye a esa  incertidumbre económica. En  este sentido, seguimos estimando el crecimiento del PIB en 0.2% para este año.

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