El sueño es una necesidad fundamental para el bienestar físico y mental, pero resulta bastante común dejarlo fuera de la lista de prioridades debido al ritmo de vida tan ajetreado que se lleva actualmente. No dormir bien desencadena consecuencias que van desde el desarrollo de trastornos serios, hasta un deterioro en la calidad de vida, por eso, no se debe ignorar ningún signo de alerta, sino atenderlo a la brevedad posible.
Acompáñanos a revisar los apartados siguientes, pues colocaremos una lista de banderas rojas que te permitirán saber cuándo es necesario buscar ayuda especializada.
Signos que indican la necesidad de acudir con un doctor
- Fatiga diurna
Despertarse cansado, incluso después de haber dormido durante las horas recomendadas, es una señal de que algo no está bien. El cansancio excesivo durante el día afecta la concentración, el estado de ánimo y la capacidad para realizar tareas cotidianas; también contribuye al aumento de accidentes, tanto en el hogar como en el trabajo y, si persiste, puede ser un indicio de trastornos del sueño.
Las personas que lo experimentan, suelen recurrir a la cafeína u otros estimulantes para mantenerse alerta, pero dichas “soluciones” son temporales y no abordan la causa subyacente del problema.
Si sientes que el cansancio te acompaña durante todo el día e interfiere en tu vida diaria, es el momento de considerar una consulta con un especialista que te auxilie a restablecer tu ciclo de sueño saludable.
- Ronquidos fuertes y pausas respiratorias
Ambas cosas, aparte de ser molestas, pueden ser un síntoma de apnea del sueño, un trastorno que se caracteriza por pausas breves en la respiración que pueden ocurrir múltiples veces durante el descanso, provocando microdespertares que alteran el ciclo del sueño.
La afección puede estar relacionada con factores como el sobrepeso, la edad y la anatomía de las vías respiratorias, aunque igualmente es capaz de dañar a personas fuera de estos grupos de riesgo: impacta en la calidad del sueño y se asocia con serios problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, hipertensión y, como en el caso anterior, con un riesgo elevado de accidentes debido a la somnolencia.
El diagnóstico y tratamiento oportunos, que pueden incluir el uso de una mascarilla para apnea del sueño (CPAP) o cambios en el estilo de vida, son esenciales para prevenir complicaciones mayores.
- Insomnio crónico
El insomnio crónico es otra bandera roja que se manifiesta como una dificultad persistente para conciliar el sueño, mantenerse dormido o despertarse demasiado temprano, sin poder volver a dormir. A diferencia del insomnio ocasional, generalmente asociado con un estrés pasajero, el insomnio crónico continúa durante semanas o meses.
La fatiga, irritabilidad y problemas de concentración durante el día son algunas de las consecuencias principales que caracterizan al trastorno y, por supuesto, la falta de descanso adecuado, puede derivar en resultados más serios a largo plazo, incluyendo un mayor riesgo de desarrollar de ansiedad, depresión e incluso enfermedades cardiovasculares
Si has intentado mejorar tu higiene del sueño sin éxito, es el momento de considerar el apoyo de un médico para que identifiques las causas subyacentes y se te ofrezca un tratamiento personalizado.
- Bruxismo nocturno
Se trata de un trastorno en el que, de manera involuntaria, se aprietan o rechinan los dientes durante la noche, dando pie a dolores de cabeza por la mañana, molestias en la mandíbula, y desgaste dental. A menudo, la gente no es consciente de este problema hasta que su dentista o la persona con la que descansan lo notan.
Los elementos que pueden incrementar las posibilidades de tener bruxismo nocturno, son la apnea del sueño, los antidepresivos, la ansiedad, el reflujo y antecedentes familiares que señalen la presencia de este problema.
Si al despertar notas alguno de los síntomas mencionados, acude con tu dentista de confianza, el cual se encargará de revisar el daño y sugerir un dispositivo bucal, aunque lo más probable es que también te remita con un experto del sueño.
Dicho profesional te dará acompañamiento para mejorar tus hábitos a la hora de dormir, o bien, te propondrá un tratamiento adecuado en caso de que padezcas apnea, como la utilización de mascarillas CPAP. Si bien equipos así parecen difíciles de encontrar, Soluciones del Sueño es una opción para adquirirlos.
- Síndrome de las piernas inquietas
Se trata de un trastorno neurológico que provoca una necesidad irresistible de mover las piernas, e incluso los brazos, especialmente durante la noche o cuando se está en reposo. El impulso es acompañado de sensaciones incómodas como hormigueo o picazón, lo cual entorpece el sueño y lo fragmenta.
La afección puede ser un síntoma de otras condiciones subyacentes, como deficiencia de hierro, magnesio o ácido fólico, una enfermedad renal, el embarazo, o el uso de ciertos medicamentos. Como es de esperar, la incomodidad que genera convierte a la hora de dormir en una fuente de preocupación que acaba siendo otro problema.
La visita con un médico no tiene que posponerse, por lo tanto, si notas los síntomas de este trastorno, es indispensable que recibas un tratamiento cuanto antes.
- Reflujo gastroesofágico
También conocido como GERD por sus siglas en inglés, es una condición en la que los ácidos del estómago se desplazan hacia el esófago, causando una sensación de malestar que interfiere no solo con el sueño, sino con el bienestar general de la persona.
Los síntomas comunes son la acidez, indigestión, regurgitación, dificultad para tragar; dolor en el pecho, irritación de la garganta, ronquera, vómito o sibilancia. También se asocia con la apnea del sueño.
La intervención médica debe ser inmediata, pero en general, las recomendaciones que se brindan son hacer cambios en las conductas diarias, como evitar comer de manera abundante antes de dormir y hacer ajustes en la postura a la hora de acostarse. Gracias a la colaboración de un gastroenterólogo y un experto del sueño, será posible disminuir los efectos del reflujo durante el descanso.
Conclusiones
Además de las alertas abordadas, existen otras señales que merecen atención, como la narcolepsia, donde la somnolencia diurna es incontrolable, los trastornos relacionados con el trabajo en turnos que alteran el ritmo natural del sueño, el tabaquismo, o el estrés.
La salud del sueño está estrechamente ligada a casi todos los aspectos de nuestra salud y al ignorarlos, se corre el riesgo de afrontar complicaciones más serias a largo plazo. En definitiva, una visita con un doctor puede marcar una diferencia entre padecer el momento de dormir o disfrutarlo plenamente.