En proyectos industriales, comerciales o de infraestructura, la elección de transformadores eléctricos adecuados debe realizarse pensando, sí, en lo técnico, pero también en lo concerniente a la seguridad operativa e incluso los costos de mantenimiento y la viabilidad de una instalación a largo plazo.
El dilema es: ¿comprar el seco o el de aceite? A pesar de que ambas opciones son las más comunes en el mercado, a la gente le cuesta trabajo saber cuál es la que les conviene; es por esa razón que quisimos realizar una nota para darle respuesta a las dudas que quizá tú, ahora mismo, tengas sobre el tema. ¡Acompáñanos en la lectura!
Transformadores secos
Tipo de aislamiento y medio de enfriamiento
No utilizan líquidos. Su aislamiento está compuesto por resinas sólidas que encapsulan los devanados. Así, disminuyen los riesgos asociados a fugas o contaminación y facilita su instalación en interiores.
Mantenimiento
Al carecer de fluido dieléctrico, requieren menos inspecciones programadas. No hace falta monitorear el estado del aceite, tampoco hacer pruebas periódicas de calidad dieléctrica, un plus en sitios en los que se busca, por ejemplo, reducir la intervención técnica.
Instalación y espacio
Ofrecen mayor flexibilidad para ubicarse en interiores, ya que no demandan cuartos especiales, mucho menos contención por derrames. Aunque sí requiere materiales eléctricos de primer nivel y otros accesorios, resultan menos en comparación con equipos en aceite.
Su diseño suele ser compacto y pueden colocarse cerca de áreas de operación, pero su capacidad para disipar calor depende de la ventilación disponible; un entorno con aire estancado llega a comprometer su rendimiento térmico.
Aplicaciones típicas
Hospitales, edificios de oficinas, centros de datos, universidades y espacios cerrados en general. Igualmente, se utilizan en entornos industriales controlados en los que el riesgo de incendio debe minimizarse y se exige un equipo de bajo mantenimiento con funcionamiento silencioso.
Transformadores en aceite
Sistema de enfriamiento y composición interna
Emplean aceite dieléctrico como medio principal para disipar el calor generado por la operación continua, el cual circula internamente entre los devanados y el tanque, provocando una transferencia térmica más eficiente que en sistemas en seco. Son aptos para soportar cargas altas o fluctuaciones de demanda prolongadas.
Mantenimiento
Necesita inspecciones periódicas para verificar su estado físico, contenido de humedad, nivel de rigidez dieléctrica y control de la temperatura de operación, asegurando la integridad del tanque para evitar fugas.
Instalación
Por utilizar aceite como fluido aislante, los transformadores deben ponerse en sitios con buena ventilación, preparados para contener derrames, aunque en ciertas zonas, quizá sea obligatorio incluir sistemas contra incendio, incluso sensores de temperatura. No se recomiendan en áreas sin control ambiental, ni con restricciones por presencia de líquidos combustibles.
Usos comunes
Normalmente, se instalan en exteriores, subestaciones industriales, desarrollos de media o alta demanda energética; asimismo, en lugares en los que se valora una respuesta térmica constante y confiable.
Criterios para tomar la decisión
Ubicación
La exposición constante a humedad, polvo industrial, gases corrosivos o temperaturas extremas debe ser contemplada desde el inicio. Si la instalación se llevará a cabo en recintos con un tránsito alto de personas y, además, que no cuentan con ventilación natural, lo ideal es privilegiar equipos que minimicen riesgos pasivos y sean sencillos de supervisar.
En contextos como el explicado, un transformador seco se ajusta mejor; en cambio, si la operación se hará en locaciones abiertas, sin limitaciones por la presencia de líquidos dieléctricos, un transformador en aceite es la solución perfecta.
Continuidad del servicio
En aplicaciones en las que los picos de carga son elevados e ininterrumpidos, se debe adquirir un modelo cuya disipación térmica soporte tales variaciones sin comprometer su durabilidad. Aquí, el diseño y la capacidad de enfriamiento se vuelven determinantes para mantener el rendimiento estable.
Recursos disponibles para mantenimiento
No en todos lados hay personal especializado o tiempos programados para supervisión técnica; por tanto, en lugares con limitaciones en ese aspecto es mejor elegir un equipo que demande menos intervención.
Un transformador en aceite, aunque confiable, tiene que estarse observando y analizando, técnicamente hablando. En contraste, los secos son más fáciles de gestionar, siempre que operen en condiciones térmicas controladas.
Seguridad
No basta con cumplir normas; es fundamental anticipar posibles escenarios de riesgo que prioricen una estrategia de prevención. Respecto a este punto, la diferencia entre un transformador seco o uno en aceite tiene ciertas consecuencias:
Mientras el primero reduce la posibilidad de propagación en caso de incidente, lo que pasa con el segundo es que pueden requerirse medidas adicionales de contención o sistemas de supresión.
Consideraciones finales antes de hacer una comprar
¡No te bases solo en el costo inicial! Porque pese a que el precio de adquisición sea más bajo en ciertos modelos, este no siempre va a reflejar el comportamiento operativo ni el mantenimiento que necesitará.
Tampoco subestimes la carga eléctrica esperada, ni pienses en dimensionar el transformador solo para condiciones actuales; toma en cuenta expansiones o crecimiento futuro. Finalmente, apóyate en asesoría técnica a la hora de concretar la compra para que te asegures de que estás llevándote la opción que le vendrá bien a tu proyecto.
A partir de la información que te hemos proporcionado, podrás contar con un equipo que no te decepcione y te salve de tomar decisiones de las que después te arrepientas. Te invitamos a usar nuestra nota como una referencia durante el proceso.