Un análisis de Banamex dice que los primeros anuncios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fueron negativos para México, porque prevalece la incertidumbre en el ámbito de los aranceles.
El discurso inaugural y las primeras órdenes ejecutivas que se anuncian en los ámbitos de seguridad y migración por parte de Trump tensarán las relaciones con México, de acuerdo con la Nota especial de la institución financiera, que agrega que mientras que prevalece la incertidumbre sobre cómo afectarán a nuestro país sus políticas comerciales proteccionistas.
Varios de los principales anuncios de su primer día de gobierno, a partir de la adopción de decretos presidenciales, eluden aterrizar acciones específicas en los ámbitos en los que sus propuestas de campaña perfilaron cambios estructurales en la relación de EU con el mundo: aranceles, deportaciones, retiro de posiciones militares en el mundo.
En lugar de concretar algunas de esas amenazas, Trump ha elegido abrirse abanicos de opciones para actuar legalmente en varios de esos temas. Con la creación de la Oficina de Tributación del Exterior (ERS por sus siglas en inglés) se vuelve creíble que podría articular una amplia política arancelaria; con la designación como terroristas de los cárteles mexicanos, se volvería legal el combate activo en contra de ellos por parte de las fuerzas armadas norteamericanas; con la declaración de una Emergencia Nacional en la Frontera Sur se habilita una serie de medidas extraordinarias en la política migratoria; y lo mismo ocurre con la declaración de una Emergencia Nacional Energética, que habilitará la autorización expedita de esquemas de extracción de petróleo y gas.
Trump regresa montado sobre una inesperada ola de respaldo social reflejado en su triunfo en el voto popular tanto como en el del colegio electoral. Dado que ésta será la última vez que Trump pueda gobernar su país, esta segunda administración suya parece enfilarse hacia un período de radicalismo más audaz y vertiginoso que el de su primer gobierno. Sin reservas, encumbrado por una amplia base social y el entusiasmo, al menos aparente, de la élite empresarial.
Tendrá menos líneas de contención tanto fuera como dentro del partido republicano. En 2017, Trump formó un gabinete mayoritariamente con los republicanos activos en Washington en ese momento, casi todos ellos tenían experiencia en posiciones públicas y sus trayectorias los colocaban en el contexto de uno de los sistemas políticos que más contrapesos institucionales había generado.
Ahora Trump conoce bien la Casa Blanca, cuenta con mayorías (aunque delgadas) en ambas cámaras del Congreso, y una alineación favorable en el sistema de tribunales y jueces. Su gabinete está integrado por personajes con poca o nula trayectoria pública pero que comparten una visión radicalmente crítica sobre la forma en que Estados Unidos ha sido conducido política, económica, cultural y diplomáticamente en los últimos decenios. Adicionalmente, se ha rodeado de pesos pesados de la élite empresarial.
Se mantiene la incertidumbre sobre los aranceles y el comercio para México y para el mundo. Contrario a lo que se había señalado hace unas semanas, se anunció que no se impondrán nuevos aranceles hoy, aunque el presidente adelantó que se implementarían hacia adelante.
Puede anticiparse que los mismos serán significativos, pues Trump señaló que implicarán enormes ingresos fiscales. Se llevará a cabo una investigación sobre las prácticas comerciales, incluyendo los déficits comerciales, las prácticas cambiarias desleales, los productos falsificados y la exención especial que permite que los bienes de bajo valor ingresen a EUA libres de aranceles.
Es positivo en sí que los aranceles no aparezcan como primera prioridad, aunque la incertidumbre se mantiene muy elevada. La mejor noticia para México hubiera sido que se impusieran aranceles solo a China (como en 2018). La peor, que se impusieran solo a México o a México y Canadá. También habría sido mala noticia, especialmente para México, que se impusiera un arancel a todas las importaciones del mundo, dado que México es el principal exportador a EUA y por la gran dependencia de nuestras exportaciones hacia ese destino.
El que Trump destacara en su discurso inaugural la importancia de expandir la industria automotriz de EUA, sin ninguna mención de la integración que hay de esa industria en Norteamérica, preocupa por lo que ello pueda significar para exportaciones automotrices mexicanas.
La desaparición de la agenda ‘verde’ es positiva para México en el corto plazo y negativa en el mediano y largo plazos. Trump declarará una Emergencia Energética Nacional, que implica desaparecer toda la agenda verde establecida durante la administración Biden.
Ello es negativo para la lucha global contra el cambio climático. Para las exportaciones mexicanas es positivo en el corto plazo pues elimina la posibilidad de impuestos verdes a las importaciones provenientes de México (dado su bajo contenido de energía renovable), a diferencia de lo que ocurre con Europa. No obstante, desde una perspectiva más estratégica, es negativo pues disminuye los incentivos para que nuestro país retome la agenda verde abandonada en el sexenio anterior. A ello se suma la presión de EUA a México para que adopte una agenda proteccionista respecto a China, limitando así los efectos positivos para México de las contribuciones de China para impulsar los productos funcionales a la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, se desalentará las importaciones en México de autos eléctricos de China, páneles solares, etc. Más aún, la eliminación anunciada del importante subsidio al consumidor de EUA para la compra de autos eléctricos producidos en Norteamérica, que beneficiaba la producción de autos eléctricos en México, desalentará su producción, incluyendo proyectos de inversión ya anunciados.
Los cárteles mexicanos serán designados como terroristas; los impactos pueden ser enormes o poco significativos. Serán un mecanismo de presión para la política de seguridad mexicana. El sistema financiero
mexicano aparece listo para adaptarse. La designación de Organización Extranjera Terrorista (FTO por sus siglas en inglés) implica considerar a los así designados como enemigos en combate. A diferencia de la designación de Jefe de una Organización Extranjera de Narcotráfico (FNK por sus siglas en inglés), cuya implicación acotada es negarles acceso a esas personas y sus redes de apoyo al sistema financiero norteamericano, esta otra designación como FTO habilita múltiples acciones. Los dos ámbitos más importantes son el financiero y el militar.
Las instituciones financieras vinculadas con EUA quedan impedidas para otorgar cualquier servicio o producto a las FTO y, si advirtieran manejar recursos de esas organizaciones, estarán obligadas a embargarlos y reportarlos a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro.
Las acciones en contra de migrantes pondrán en jaque la frontera de México con EUA. Trump anunció que declarará una Emergencia Nacional en la Frontera Sur, con lo que se vuelve creíble que en un futuro cercano concrete acciones diversas como el cierre de la frontera, deportaciones masivas, redadas de personas sin estatus legal en EUA, además de posiblemente amenazar con la imposición de aranceles como medida de presión. También anunció que reinstalará el programa ‘Quédate en México’, que ya en el pasado EUA empleó durante algún tiempo para impedir que miles de migrantes se internaran en ese país bajo la pretensión de obtener estatus de asilados.
Cualquier escenario derivado de estas iniciativas implicará un aumento muy significativo de tensión en la relación bilateral. La postura del nuevo presidente norteamericana deja en claro que no atenderá las consideraciones o preferencias del gobierno de México en estos temas, está determinado a actuar, hasta donde sus recursos administrativos y organizativos le permitan (o bajo la presión de los previsibles impactos económicos negativos sobre el propio EUA), para señalizar un endurecimiento crítico de su política migratoria y desincentivar los flujos de migración ilegal hacia territorio norteamericano. Dado que el fenómeno migratorio nunca obedece sólo a la existencia de factores de atracción en los países hacia los que se dirigen los migrantes sino también a la existencia de factores de expulsión en los países de origen (pobreza, guerra, violencia, conflictos raciales, etc.), es previsible que los flujos hacia EUA, incluso si pierden cierto dinamismo, se mantengan y saturen sobre todo la frontera geográfica e institucionalmente más débil de ese país, la que comparte con México. En los últimos días, diversos actores del nuevo equipo migratorio de Trump han reconocido que muchas de estas acciones resultarían incosteables administrativamente para EUA, por lo que parece razonable anticipar que no se materializarán los escenarios más extremos como el que supone la deportación de millones de personas hacia México, pero el abanico de los escenarios posibles es amplio y probablemente con potencial desestabilizador del orden social y económico en la zona fronteriza mexicana. La condición de asimetría en la que México queda colocado a partir de estos anuncios ineludiblemente debilitará sus posiciones de negociación en otros ámbitos, como el comercial, en el que la revisión del desempeño del T-MEC se ha adelantado.
Considerando todo lo anterior, nuestro escenario central se mantiene sin cambios, por ahora. Aún no se anuncia la implementación de aranceles, y seguimos anticipando que, para México, habría un efecto positivo relativo a los aranceles a China, y el negativo porque podría haber alguna variante del proteccionismo dirigido exclusivamente a nuestro país. Nuestro escenario actual considera incertidumbre elevada ante el riesgo de la imposición de aranceles, lo que lleva a una expectativa de baja inversión y crecimiento económico débil. El aumento de la tensión en la relación México-EUA, por los temas de seguridad y migración referidos, contribuye a esa incertidumbre económica. En este sentido, seguimos estimando el crecimiento del PIB en 0.2% para este año.