Frente a un panorama internacional marcado por la volatilidad, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) hizo un llamado a las autoridades, la iniciativa privada y la sociedad civil para articular una estrategia nacional que permita renovar la flota de vehículos pesados en México.
La organización advirtió que uno de los objetivos principales debe ser reducir drásticamente la importación de unidades usadas procedentes de Estados Unidos, pues muchas de ellas no cumplen con los estándares actuales de seguridad ni de protección ambiental.
El presidente de ANPACT, Rogelio Arzate, advirtió sobre los riesgos de mantener unidades obsoletas en circulación, al tiempo que señaló los beneficios sociales y ambientales que tendría una política de renovación integral. “Es necesario modernizar las unidades de carga y pasaje a nivel nacional para obtener mayores niveles de eficiencia, elevar la calidad de vida y la seguridad de los usuarios; aminorar los índices de emisiones, y por tanto, resguardar la salud pública, el medio ambiente y la vida de las personas”, afirmó.
Si bien las importaciones de vehículos pesados usados cayeron 23.9% entre enero y abril de 2025 frente al año pasado, el acumulado aún refleja incrementos de más del 100% respecto a 2023 y más del 260% frente a 2022.
Arzate subrayó que renovar la flota nacional también sería una medida económica estratégica, pues permitiría reactivar el mercado interno y fomentar la competitividad del sector. “No podemos dejar de lado los impactos económicos favorables al impulsar el mercado interno, ya que se potenciaría el dinamismo de una industria que tradicionalmente ha generado miles de empleos de calidad…”, señaló. En ese sentido, consideró que cualquier política de movilidad debe contemplar la participación de los tres niveles de gobierno, la academia, la cadena productiva y la ciudadanía, con una visión integral hacia el futuro del autotransporte.
El dirigente empresarial también destacó la urgencia de facilitar el acceso al financiamiento para transportistas, en especial aquellos que operan con recursos limitados. Consideró prioritario impulsar mecanismos que les permitan adquirir vehículos de carga de clases 6, 7 y 8, junto con programas estatales de chatarrización que incentiven el reemplazo de unidades antiguas. La meta, explicó, debe ser reducir la huella de carbono del sector, uno de los principales emisores en el ámbito del transporte terrestre.
En materia de comercio internacional, Arzate defendió el papel del T-MEC como un instrumento que ha fortalecido la integración regional y la calidad de la industria automotriz de vehículos pesados.
“Durante más de tres décadas, el intercambio de mercancías entre los tres países ha estado regulado con el fin de mantener los estándares de legalidad y calidad más altos del mundo… nuestros productos transportan el 70% del valor del comercio que va hacia Estados Unidos”, puntualizó. Destacó que mantener esta dinámica requiere reglas claras, cooperación constante y políticas públicas que promuevan la competitividad en América del Norte.
Los resultados del sector al cierre de abril reflejan una contracción en diversos rubros: las ventas al mayoreo fueron de 1,984 unidades, una baja del 55.2%; la producción totalizó 11,321 unidades, una caída de 24.3%; y la exportación se ubicó en 8,964 vehículos, con una disminución del 21.3%.
En el acumulado enero-abril, la comercialización llegó a 9,914 unidades, la producción a 52,632 y las exportaciones a 42,772. Un dato positivo fue el crecimiento de las ventas de autobuses foráneos, que subieron 49.2% en el primer cuatrimestre y 40.4% en su comparativo anual.
“Confiamos en que los titulares de cada dependencia continuarán su trabajo coordinado… reiteramos nuestra disposición para sumarnos a encontrar soluciones que favorezcan las conversaciones productivas y la cooperación para el bien regional”, concluyó Arzate.
AATG