Casi en los orígenes de Tecnoempresa.mx como medio digital independiente, estábamos en la búsqueda de una identidad editorial. Sabíamos que queríamos hacer periodismo de negocios y tecnología, pero no sabíamos cómo diferenciarnos.
Mi experiencia en agencia de noticias (Finsat) me hacía sentir atraído por las breaking news (noticias al momento). Pronto me di cuenta de que no podíamos competir con toda la infraestructura de los medios corporativos y optamos por las notas propias y la opinión. Después nos percatamos de que necesitábamos mayor autoridad de dominio o pagar pautas en buscadores, para poder destacar. Nos convertimos en boletineros y nos ha funcionado como alternativa, no como misión.
Fue entonces que, platicando con un amigo de las RP, me dio un consejo y me dijo: no mi Huguito, hay que hacer Storytelling. Cuando lo oí, se dibujó en mi rostro una cara como queriendo decir… ¿Qué es esa mmd? Entonces no sabía bien a que se refería. Poco a poco pude entender que se trataba de lo que quieren hacer casi todas las redacciones de los medios contemporáneos. Incluso varios periodistas con trauma de escritor frustrado se enamoraron de esta técnica de comunicación que busca contar historias para conectar emocionalmente con una audiencia.
Al principio me parecía interesante y hasta leía todos los materiales de prensa que me llegaban por email. Incluso, por un momento intentamos copiar ciertos estilos y hacer Storytelling en Tecnoempresa.mx. Era mucha inversión de tiempo.
Con el paso de los años pude ver que el Storytelling se fue pervirtiendo y lo peor, que muchas veces no aportaba nada relevante. Muchos amigos de agencias de Relaciones Públicas comenzaron a enviar historias que, si bien podrían ser interesantes, resultaban sumamente comerciales. Incluso, forzaban tanto la historia que pasaban de ser un relato con trazas de interés a un texto de burdo y ofensivo fin publicitario.
Todo lo hacían historia y creían que todo era importante, interesante y relevante. Una tragedia la usaban para vender seguros. Un éxito deportivo, lo vendían como argumento para promover un producto y su campaña publicitaria. Llegaron incluso a vendernos la responsabilidad social y el bienestar (wellness) como una historia urgente de contar. Y lo peor, siguen haciéndolo.
No niego que en ocasiones el Storytelling es una buena técnica para comunicar historias interesantes, sin embargo, no siempre son periodísticas. Sorry, somos periodistas. La diferencia entre contar historias y hacer periodismo radica en la novedad, la relevancia y la importancia; es decir, la nota. Hay historias importantes, pero no interesan a la gente. Hay historias relevantes, pero no son novedad y hay otras que son interesantes, pero no cambian vidas.
Aunque nos compartan una historia digna del próximo guión de Scorcese, si no hay nota, no hay periodismo. Si no es periodismo, es publicidad o entretenimiento. Amigo PR, ya no abuses del Storytelling, mejor ofrece notas.