Fideicomisos, costo del espectro y Afores; la columna de Claudia @LaVillegas1

octubre 2, 2020 Desactivado Por Redacción Tecnoempresa

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) que encabeza David Colmenares ha emitido cientos de recomendaciones sobre el manejo de los fideicomisos. En primer lugar, para los auditores de la ASF ha resultado una verdadera conquista tener acceso a la información sobre la situación financiera de los fideicomisos que, como fiduciarios, custodian los bancos. Después, los investigadores de la ASF han confirmado omisiones en la entrega de recursos por concepto de impuestos. Otro tema son los rendimientos que generan esos fondos y que han recibido usos discrecionales.

En su carácter de investigadora, la ahora titular de la Secretaría de la Función Pública (SFP), Irma Eréndira Sandoval, estudió la situación de los fideicomisos y, precisamente, sobre el papel de los bancos explicó que la supuesta neutralidad con la cual las instituciones de crédito administran estos instrumentos es un verdadero espejismo que ha permitido considerar a estos recursos al margen de las reglas con las que se gobiernan los recursos públicos.

Desde la academia, Sandoval señaló que la titularidad de los fideicomisos también constituye un problema porque impone a la custodia de los recursos, en teoría públicas, reglas como el secreto bancario. Si bien, los fideicomisos públicos cuentan con un Comité Técnico que lo presiden funcionarios de alto nivel como titulares de secretarías de Estado, la responsabilidad sobre las decisiones puede llegar a diluirse.

“No se rinden cuentas sobre los fondos, no se conocen los montos recaudados, ni los beneficiarios directos de los subsidios, ni las obras que se ejecutan. En otras palabras, operan en la más absoluta discrecionalidad”, explicó Sandoval en una de sus investigaciones sobre el tema bajo el título Transparencia en Fideicomisos, Mandatos y Actos Jurídicos Análogos.

Son estos hechos los que podrían justificar la desaparición de los fideicomisos que han permitido administrar de manera discrecional partidas del presupuesto federal, sobre todo en el caso de fideicomisos que operan como fondos revolventes casi siempre en números rojos que piden partidas presupuestales, pero después se administran desde el gobierno de una institución bancaria.

De cancelarse estos fideicomisos, la banca comercial sufrirá un revés importante por concepto de cobro de comisiones y servicios. Los fideicomisos, como usted sabe, se ubican en las cuentas de orden de los balances bancarios, por lo que su estructura contable no se verá afectada pero sí sus ingresos.

Le cuento que algunos bancos del sistema crediticio nacional han hecho de la administración de bienes en fideicomiso uno de sus principales negocios. El manejo de la información también es un tema que preocupa porque en los fideicomisos los bancos también nombran a un representante.

No es extraño, reflexionó Sandoval en sus trabajos académicos que funcionarios públicos, al dejar sus puestos en el gobierno, se integraran a las filas de ejecutivos de los bancos.

Fideicomisos buenos y malos

Sin embargo, en algunas instituciones académicas como el CIDE, los fideicomisos son transparentes, rinden cuentas y se han usado para salvaguardar el patrimonio que ha consolidado la institución.

Por ello, resulta desalentador que el gobierno federal busque aplicar un criterio generalizado en la liquidación de fideicomisos. Es cierto, el titular de la Secretaría de Hacienda aseguró que no se afectará a sectores académicos, culturales o sociales. Sin embargo, no debe olvidarse, como lo ha manifestado la UNAM, entre otros centros académicos, que los fideicomisos también se han utilizado para salvaguardar el patrimonio de instituciones con proyectos y vocaciones de largo plazo.

Así, mantener un patrimonio resguardado en un fideicomiso con reglas transparentes y claras permite garantizar la operación y continuidad de proyectos que sobrepasan los cambios de administración. No todos los fideicomisos son iguales.

Nuevo fideicomiso para emitir deuda

Y para muestra basta un botón: Me refiero al El Fideicomiso CIB/3484, vehículo de objeto limitado, que por indicaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público adquirirá alrededor de 70,000 millones de pesos a través de financiamiento bancario y podría emitir bonos por hasta 40,000 millones de pesos o UDIS.

Así, se emitirá deuda hasta por 110,000 millones de pesos con la garantía del gobierno federal y que servirá para compensar la caída en los ingresos del gobierno federal así como las transferencias para los estados. En 2021, se estima que las transferencias para los estados tendrían una caída en términos nominales de 1.3% respecto a lo que se presupuestó para 2020. En términos reales, sin embargo, la caída es de 4.5%.

La garantía directa son las aportaciones al Fondo de Estabilización de Ingresos para las Entidades Federativas (FEIF) que tenía un saldo por 63,000 millones de pesos al cierre de 2019. Para 2021, el FEIF sería insuficiente para compensar la caída en participacione. Por ello, el gobierno federal está tomando deuda a nombre de Estados y Municipios, deuda hasta por 110,000 millones de pesos que está respaldada con ingresos futuros del FEIF para poder compensar el faltante que se tenga en la recaudación frente a las participaciones.

Telecomunicaciones y Afores, distorsiones en la competencia

De aprobarse el nuevo esquema de derechos para el espectro radioeléctrico y el tope a las comisiones que cobran las Afores para la administración de fondos de pensiones, la Comisión Federal de Competencia Económica y el Instituto Federal de Telecomunicaciones tendrían que ocuparse de estos dos casos pero analizando el impacto de políticas regulatorias que afectaron el nivel de competencia.

En el caso del espectro radioeléctrico, resulta que al encarecer el espectro se afectaría la participación en las subastas de nuevas frecuencias. Se reduciría el número de participantes en el mercado y eso contribuiría a fortalecer la posición del jugador preponderante en este sector: América Móvil. Se daría un paso atrás en el objetivo de la Ley Federal de Telecomunicaciones.

Encarecer el espectro, además, sacaría a jugadores que no tienen recursos para hacer frente a este nuevo incremento. El preponderante sí cuenta con bolsillos profundos.

En el caso de las Afores, poner topes a las comisiones generaría un efecto parecido porque muchos pequeños jugadores saldrían del mercado. Al ahorrador se le niega, entonces, la posibilidad de que cuente con comisiones más bajas que las que fija el tope. En fin, todos pierden.

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