Telecomunicaciones y emergencias// Columna de @hugogonzalez1 en Milenio

septiembre 25, 2017 Desactivado Por Redacción Tecnoempresa

Lo que vas a leer es parte del guion de mi cápsula de telecomunicaciones para MILENIO Tv que, por razones obvias, no se transmitió. Lo retomo a fin de no sonar oportunista y sobre todo porque ayer la Asociación Mexicana del Derecho a la Información (Amedi) recuperó gran parte de su comunicado enviado hace varias semanas en el cual nos advertía de las fallas que tenemos aún en el uso de las telecomunicaciones en caso de emergencia.

Suenan repetitivas las recomendaciones de que, durante los casos de emergencia, no se usen los servicios de voz y solo se utilicen datos para enviar mensajes cortos a sus seres queridos, ofreciendo únicamente información sobre su estado de salud, ubicación y hora; sin embargo, lo que sucedió después del terremoto fue una llamada de atención para los operadores y el regulador de los servicios de telecomunicaciones, pues mucha gente comenzó a compartir su internet para que la gente ubicada en cualquier parte de la ciudad se comunicara con sus seres queridos.

Está claro que el caos comenzó a tomar orden tras la reacción espontánea de comunicación entre los ciudadanos en un hecho que debería ser tomado muy en cuenta por el regulador, pues, lamentablemente, las operadoras comenzaron a regalar llamadas de voz, mensajes y WhatsApp hasta seis o siete horas después de ocurrido el terremoto.

Debemos agradecer el apoyo brindado por las empresas de telecomunicaciones al ofrecer sus servicios gratuitos, también debe valorarse la iniciativa de los ciudadanos; sin embargo, debe preocuparnos que durante la tarde del martes en Ciudad de México, y pese a la buena voluntad de todos, hubo largos momentos en los cuales se cayeron las redes móviles y no solo por la saturación de las mismas, sino, principalmente por la caída de algunas antenas repetidoras y, sobre todo, por la falta de suministro de energía eléctrica en las radiobases, las cuales deberían operar durante situaciones de emergencia, con baterías o plantas de energía a base de diésel.

En ese sentido, vuelve a ser oportuna la advertencia que hace la Amedi en el sentido de que desde el primer trimestre de este año el Instituto Federal de Telecomunicaciones debió someter a consulta pública el Protocolo de Comunicaciones de Emergencia, lo que no ha sucedido. El objetivo es regular la transmisión de mensajes homogéneos y ordenados en situaciones de emergencia, pero, sobre todo, creo que también se debe obligar a los operadores a que cuenten con los debidos sistemas de respaldo energético que permitan dar servicio ininterrumpido a la población durante horas y días, para evitar el surgimiento del caos y elevar las esperanzas de vida. Sorry.

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