MACH: ¿Por qué no estoy en la Convención Bancaria?

marzo 8, 2018 Desactivado Por Hugo González

Toda la semana muchos de mis cuates y conocidos me atosigaron con la misma pregunta: ¿Vas a ir a la Bancaria? La respuesta fue no. ¿Te vemos en la Bancaria? No. ¿No te invitaron a la Bancaria? No.

Que agarra y que me dice: ¿vasir?

Recuerdo que en mis primeros años como editor de la sección Negocios de Milenio, los organizadores de la Convención Bancaria, patrocinada por la Asociación de Bancos de México (ABM) me enviaron varias invitaciones para acudir al evento pero como nunca me ha gustado viajar y dejar mi tiradero en la chamba, preferí que otros tomaran esa invitación. Algunos coeditores me representaron muy bien y los reporteros de la fuente no tenían de otra pues les tocaba agüelita.

Sin embargo, al quinto o sexto año de mi gestión, por fin decidí acudir a la Convención en Acapulco con el objetivo de (jajaja) marcar territorio. Fue entonces que me dí cuenta que esta reunión es un pachanga y que solo hay tres tipos de asistentes, los que se la pasan en el Lobby del Hotel (Princess) placeándose para que los vean y esperando encontrarse a alguien con quien hacer algún deal; los que solamente están esperando las fiestas, cocteles y comidas y los que trabajan una tarde de manera exhaustiva pero las otras tres son de pura hueva.

Claro, se puede decir que como yo no fui y no soy un decano de la fuente, no le encontré cariño ni provecho a la reunión y la neta así lo fue. Me costó trabajo conseguir entrevistas con personajes que pudieran interesar en las páginas de negocios de Milenio porque sinceramente, para mi columna, me daba mucha flojera entrevistar a los mismos directivos que semanas antes les habían dado entrevistas a todos los medios de comunicación, diciendo casi lo mismo  ¿Qué chingados les pregunto si ya lo dijeron casi todo? Pensaba.

Fue entonces que me surgieron mis desviaciones y perversiones tecnológicas y de manera chingativa me puse a cuestionar qué estaban haciendo los bancos para enfrentar lo que entonces solamente era una amenaza: las empresas Fintech.

Pronto me di cuenta que los bancos no tenían NPI de lo que deberían hacer en el futuro tecnológico y que su convención era como una reunión del Club de Tobi en la cual todos son amiguis, bien portados y ninguno desentona. Siempre hablando bien de ellos y de sus negocios, nada a la autocrítica y defendiéndose de las eternas y chocantes ideas chairas de que son los banqueros esos gordos atascados y avariciosos. Nada hacia adelante, nada hacia el futuro, hacia la disrupción o la innovación. Por eso me dieron hueva.

Y por eso ya no me invitan. Porque no le encuentro chiste a la Convención y porque nunca me ha gustado ir a los lugares o eventos en los que aww necesito hablar bien de mis anfitriones. Aunque también se ve muy culey que me paguen el viaje, la estancia, la comida y la bebida para que encima me los chingue con mis ocurrencias. Por eso creo que regresaré a la bancaria cuando pueda pagarme el viaje, cuando acepten mis críticas y cuando la Banca viva la disrupción desde dentro. Tan-Tan

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